Te contamos las tres principales diferencias de los modelos más sostenibles de coches que se encuentran hoy en día en nuestras calles.
Motor
Los modelos de coches eléctricos se impulsan exclusivamente por motores eléctricos y se recargan en estaciones eléctricas. Los híbridos por su parte están dotados de un motor de combustión interna que se combina con propulsores eléctricos y se recargan aprovechando la energía que se genera en las frenadas y retenciones. Del mismo modo que los híbridos, los híbridos enchufables tienen motor de combustión y propulsores eléctricos, pero su batería tiene mayor capacidad y se pueden conectar a puntos de recarga.
Baterías y autonomía
La autonomía de los coches eléctricos depende de su batería. Los últimos que se pueden encontrar en el mercado, pueden llegar hasta los 450 km de autonomía homologada y la capacidad de su batería puede ser de 100 kWh. Las baterías de los modelos híbridos son pequeñas con una capacidad de 2 kWh que es recargada por el motor de combustión y su autonomía de funcionamiento en modo eléctrico puede ser de 2 a 5 km. Los híbridos enchufables por su parte tienen baterías mayores, de unos 9 kWh, que pueden ser recargadas por el motor de combustión y en puntos de recarga eléctrica. La autonomía en modo eléctrico puede llegar a los 50- 60 km.
Etiqueta DGT y Plan Moves II
Los coches 100% eléctricos son silenciosos y fáciles de conducir. Además, se benefician de la etiqueta 0 de la DGT y pueden llegar alcanzar hasta 6500 € de ayudas mediante el Plan Moves II. Los modelos híbridos son los más económicos y por la ciudad aprovechan el modo de conducción eléctrico, por tanto, el consumo es más reducido. Tienen la etiqueta ECO de la DGT y como son considerados vehículos Eco pueden obtener ayudas hasta un máximo de 1000 €. Por último, con los híbridos enchufables, etiqueta 0 de la DGT con más de 40 km de autonomía, puedes aprovechar su autonomía eléctrica por la ciudad sin necesidad de consumir combustible y las ayudas del Plan Moves II pueden llegar hasta los 3600 €.